Villamelones
Publicado: marzo 23, 2010 Archivado en: Mundo hispanohablante 22 comentariosPor Arturo Ortega Morán
En los toros, en el futbol, en el teatro y en general en todo tipo de espectáculos, nunca faltan los “expertos” que se nutren de la esperanza de que los demás los tengan por eruditos. Para conseguir esto, con soltura expresan sus opiniones y, para su mala suerte, lo hueco de sus razonamientos suele hacerlos caer en lo ridículo. Estos personajes, fáciles de detectar, desde mediados del siglo XIX son llamados villamelones.
¿Y de dónde surgió tan curiosa palabra?
La historia empieza en España, en donde, a fines del siglo XVIII o quizá principio del XIX, les dio por llamar melones a los tontos, acepcion que se conserva en el diccionario. El ingenio popular creó el hipotético pueblo de Villamelón, de donde provendrían estos personajes que siendo rústicos e ignorantes, intentaban incorporarse a la “culta” sociedad española de aquel tiempo. Cuando alguien, queriendo hacerse notar, externaba opiniones evidenciando su ignorancia, de inmediato se decía: “Este viene de Villamelón”.
Una referencia a este hecho, lo encontré en la revista Madrid Cómico, en la edición del 13 de mayo de 1883. A manera de epigrama, acompañando a un dibujo en donde se ve desfilar a un grupo de personajes rústicos, se lee lo siguiente:
´Semos´ de Villamelón
No sabemos ´escrebir´
Venimos a la ´junción´
¡Nos vamos a divertir!
Por la misma época, existió en Madrid una revista taurina llamada La Lidia, en la que escribía un personaje que se firmaba como D. Jerónimo y que, en realidad, era el Director de esta publicación (D. Antonio Peña y Goni); él es quien promovió el término villamelón, para criticar a los aficionados que a su juicio, no sabían apreciar el arte del toreo. En la edición de La Lidia del 18 de octubre de 1886, escribió un artículo jocoso al que tituló Los aficionados de Villamelón. Lo empezó así:
”Hay en España un pueblo verdaderamente notable, cuyos habitantes forman, a manera de los bohemios, tribus nómadas que se desparraman por toda la Tierra…”.
Luego, en otra parte dice:
“Lo más asombroso de Villamelón, es la extraordinaria fecundidad de sus mujeres…”.
Justificando con esto la abundancia de tales especímenes. También aclaró:
“El rasgo característico de los de Villamelón, es querer hablar de todo y entender todo, sin haber estudiado nada”.
En la edición del 10 de abril de 1887, D. Jerónimo contó que el periódico mexicano La Sombra de Pepe Hillo, en la edición del 30 de enero de 1887, reprodujo su artículo Aficionados de Villamelón. Esto puede explicar cómo es que se difundió la palabra en nuestro país, porque incluso para 1894, apareció un articulista taurino que escribía en el diario mexicano El Puntillero; y que se firmaba con el seudónimo de Villamelón, siendo su nombre: Antonio Hoffman (hijo).
Del toreo, la palabra pasó: al teatro, al cine, al futbol y a todo tipo de eventos en los que nunca falta el que, por hacerse notar, habla sin poner substancia en sus opiniones, como lo hacían en España, los imaginarios habitantes del hipotético pueblo de Villamelón.
«el ingenió popular creó»
Seré yo un villamelón… pero bien se que aquí debió decir: «el ingenio» mas no «el ingenió».
Buenas cápsulas… felicitaciones… tienes un lector más!
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Gracias por la observación de «ingenió». Quiero creer que es una más de las traiciones de Word (total Word, no respinga, así que echémosle la culpa). Vuelvo a agradecer tu comentario, seguimos en contacto.
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Hola! Perdón por meterme en la conversación, es sólo que tengo una pregunta. Lo correcto es decir «los villamelón» o «los villamelones»?
Muchas Gracias!
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Pues si a los tontos les decían melones, y cuando un tonto hablaba sin conocer el tema decian que viene de villamelones o villatontos, creo yo que lo correcto seria llamar melón al tonto, o decirle que regrese a villamelones… Es lo que creo… Saludos
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¡Que tal! Muy completa tu cápsula. Mi abuelo me decía que los villamelones acudían a pocas corridas, y que ocupaban los mejores lugares de la plaza, “tragaban” vino y hacían la escandalera o vitoreaban “oles” cuando no había merito para hacerlo, no tanto que fueran “expertos”, sino que eran malos aficionados, que no exigían al matador para una buena faena y que de todo pedían orejas o rabos, esos eran villamelones.
¿En donde más hemos visto esto, en donde, donde? No, trato de acordarme y no, no me puedo acordar.
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¿Seré un villamelón si hablo mal de esa dizque fiesta a la que acude gente por el puro morbo de ver cómo se mata a un animal fiero sí, pero que está preparado con trampas y con mala leche para que «pierda»?
Todo lo que le hacen a ese pobre e infeliz animal es una ruindad y de una bajeza de espíritu, propia del antiguo circo romano.
El evento tiene algún atractivo, su música y se transformaría en un espectáculo más digno si se prescindiera de la crueldad con que se mata «con maestría» al infortunado toro.
Mejor aún que no se matara en público y que éste no acudiera a ver cómo lo matan.
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sí, lo eres. Por criticar algo sin conocerlo y por pensar que los que vamos a la plaza vamos por ver como matan a un animal. No creo que a todos deba gustarnos, pero habemos los que vemos en la Fiesta Brava belleza (ultimamente casi nada) y despierta emociones que sólo las más bellas artes pueden lograr.
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En lo que yo pienso y coincido es que Jorge Gustavo sabe lo que dice (y por tanto es experto) y que tú mismo confirmas, el habla de las emociones y en eso TODOS SOMOS EXPERTOS, pues bien las emociones que a mi siempre me ha causado el sacrificio cruel, lento, cobarde por desigual y despiadado de un animal frente a una chusma eufórica es de asco e indignación, dudo yo que casi cualquier niño que presencie este horrible espectáculo lo pueda disfrutar, efectivamente se necesita de muchísimo adoctrinamiento cultural o de mucha ganancia monetaria para que un ser humano abandone sus principios y celebre este bárbaro pseudo-arte. Si se trata de belleza hay muchas otras artes, incluidos los deportes en donde la destreza humana y la belleza estética se llevan a la perfección y generan las más sublimes emociones sin que la cuenta la pague un animal cuasi-indefenso (¿ cual es la razón de muerte entre toros y toreros ?) que es artera y salvajemente ultimado por una turba enardecida de primitivos humanos. Aprovecha las últimas corridas, tu espectáculo está por extinguirse los mismo que el circo romano, lo que lo mantuvo, que fue el beneficio económico es cada día más insostenible, es aberrante que la sociedad completa tengamos que pagar por el salvaje asueto de unos pocos.
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Tú mismo lo dijiste: Villamelón!
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De acuerdo contigo Jorge… no es el objeto de este artículo pero creo que tienes razón.
Solo recuerda que HIPOTÉTICAMENTE, los villamelones sí gustaban del espectáculo taurino y se divertían con la ‘junción’. Así que hablar mal de «esa dizque fiesta» no te convertiría en un villamelón (regresando al artículo), solo te convierte en un ser humano más.
Saludos.
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Hay muchos villamelones que dicen la paabra villamelon sin saber que es un Villamelon ahora ya puedo señalar y decir Villamelon porque se que significa ser un villamelon …. Se esta poniendo de moda la palabra!
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La verdad es que no conocía esta expresión. Creo que es usted mejicano de modo que le voy a contar algo que quizá tenga alguna relación. En las cercanías de Madrid, existe un pueblo llamado VILLACONEJOS que vive de la agricultura. ¿Y cuál es su producto más conocido? ¡Los MELONES!. ¿Quizá se produjo alguna asociación de términos?
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Y yo creo que tú eres un villamelón haciéndose pasar por español, escribiendo «mejicano». Pues en España tuteamos, sólo decimos de «usted» al rey.
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Bueno, nací en un pueblecito de Extremadura, a la orilla del Guadiana, cercano a Portugal pero donde se habla un rico castellano trufado de leonesismos. Ahora vivo en Madrid, como tantos otros extremeños. Sin embargo, a mis 34 años, tengo la constumbre de tutear a las personas que conozco, a las personas de mi edad y a los niños. Trato de usted a los desconocidos como muestra de respeto. Quizás seas un español común pero eso no quita que tengas derecho a ser maleducado. No todos somos una Belén Esteban o un Jorge Javier Vázquez.
Por cierto, te tuteo pues infiero de tus palabras que desapruebas el uso del doble pronombre en castellano. Debes saber que, sin embargo, me resulta antinatural.
Debo decir además que me parece muy fuera de lugar tu comentario en este tipo de blogs.
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Y el Rey no tiene corona, la que tiene es de papel…larai laraila laraila, lariailaraila larai…
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Y estoy convencido que usted señor Francisco es oriundo de Galicia.
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muchas gracias por la información, hoy aprendí el origen de una palabra que si bien conocía su significado coloquial no sabía el origen.
Lamento que algunos que escriben solo se dedican a molestar gente,
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Los tres villa melones.
Eran tres villa melones
que decían saberlo todo
y agarrarían a modo
el tema de un personaje
y se harían una prueba
mientras se echaban la hueva.
Y le apodarían “maje”
a quien fuera más ignorante.
De Cuahutémoc, ¿les parece?
Narremos sus aventuras.
Dijo otro; qué calenturas
debe haber sentido el pobre
cuando no les dio ni cobre
a aquellos peninsulares
que le quemaron los pies.
Contestó otro: ¡Ah re diez!
Y aún así cuántos goles
les clavó a muchos porteros
y ni aún los marrulleros
lo podían detener
y aunque era muy fanfarrón
estuvo en la selección.
Dejen lo de fanfarrón
dijo otro sábelo todo
pero esa tal obsesión
que desde joven él siente
por querer ser presidente
de nuestra amada nación
con su lema: ¡no perderé!
mientras sea del PRD.
…Y los tres villa melones
quedaron muy satisfechos
pues demostraron con hechos
que eran una autoridad
y que en ninguna entidad
existía tanta sapiencia.
Que rebozaban de ciencia
y mucha luz sus cabezas.
Demostradas sus destrezas
seguirían con su ropaje
de gente de gran saber
y escaparon, a mi ver
del feo apodo de maje.
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Este es el significado mas coherente y el original del significado Villamelón. Aplicable a la fiesta taurina
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[…] cierto que la fiesta de toros ya no es lo que solía ser: desde hace tiempo se ha vuelto refugio de villamelones que solo van ahí a sentirse machos mientras se fuman un puro y se emborrachan con una bota […]
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[…] 2.- ¿Por qué les decimos villamelones? […]
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[…] 2.- ¿Por qué les decimos villamelones? […]
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