La china poblana

Por Arturo Ortega Morán

chinas en una escena típica

Aunque en México hay gran diversidad de trajes típicos femeninos, sin duda, el más representativo es el de la china poblana. Hay una leyenda que atribuye el origen de este traje a Mirra, una princesa mogola nacida en 1609. Se cuenta que llegó como esclava a México con el nombre cristiano de Catarina de San Juan. Por su origen asiático y por haber vivido en Puebla, se ha dicho de ella que es la original china poblana, y que sus coloridos vestidos, inspirarían la vestimenta de las damas de la región que así pasarían a ser… las chinas poblanas.
Hay suficientes razones para no dejar que esta leyenda invada los terrenos de la historia. Un poco de investigación seria, nos hace saber que Catarina de San Juan fue, desde su llegada a México, mujer entregada a la vida religiosa y de ella se conserva un retrato que la muestra en hábito de monja. Nada que ver con la coquetería y el colorido de la vestimenta de las chinas, que además, florecieron en nuestro país hasta el siglo XIX, cerca de doscientos años después de la época de Catarina de San Juan. La palabra china, nos llegó de sudamérica en donde, en quechua, significaba “muchacha”.

Joaquín García Icazbalceta, a fines del siglo XIX, escribió:

“La CHINA de México era una mujer del pueblo que vivía con cierta holgura a expensas de un esposo o de un amante, o bien de su propia industria. Pertenecía a la raza mestiza, y se distinguía por su aseo, por la belleza de sus formas, que realzaba con un traje pintoresco, harto ligero y provocativo, no menos que por su andar airoso y desenfadado. Después de haber desaparecido de México las CHINAS permanecieron algún tiempo en Puebla, y de ahí les vino el nombre de «poblanas».

Como antecedente de la coquetería de las chinas mexicanas, es interesante conocer lo que, en 1625, el sacerdote Tomás Gage escribió acerca de las negras y mulatas:

«El vestido y atavío de las Negras y Mulatas es tan lascivo, y sus ademanes y donaires tan embelezadores, que hay muchos españoles que por ellas dejan a sus mujeres. Llevan de ordinario una saya de seda, bordada de randas doradas…cuando salen de casa añaden a su atavío una mantilla de lino… algunas la llevan en los hombros, otras en la cabeza, pero todas cuidan de que no les pase de la cintura y les impida lucir el talle y la cadera».

Así que, podemos ver en el traje de china poblana, una verdadera manifestación del mestizaje. Un exquisito coctel de coquetería en que se aprecia la elegancia de la maja española, el arte de la indígena y la exuberancia de las negras y mulatas. Vale entonces, que se haya convertido en el traje femenino mexicano por excelencia.

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17 comentarios on “La china poblana”

  1. lLIZBETH ELIZABETH RODRIGUEZ OLIVO dice:

    LAS IMAGENES SON MUY PADRES

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  2. Teresa dice:

    En primer término mi mas amplia felicitación por darse la molestia de hacer estos blogs, sin embargo, la información que estan dando al menos en este relacionado a la China Poblana, esta equivocado.
    La legendaria «china poblana» fue un personaje histórico que vivió en la época colonial y cuya vida se pierde entre la realidad y la fantasía de una época en donde los milagros y las visiones estaban a la orden del día. De hecho existió, y tiene su lápida en la ciudad de Puebla de los Angeles, les transcribo la historia mas seria de dicho personaje:

    La esclava Mirra

    La historia de la «china poblana» comienza cuando hacia 1621, el virrey marqués de Gélves expresó su deseo de tener a su servicio una joven chinita que fuese tan exótica en palacio como un papagayo en su jardín. Un mercader que trajinaba entre Acapulco y Manila, enterado de este capricho trajo en la Nao de China a una niña hindú de unos doce o catorce años. Sin embargo el mercader no entregó la joven al virrey sino que la vendió como esclava al rico capitán Miguel de Sosa, que vivía en Puebla de los Ángeles casado con Margarita de Chávez, y quien pagó diez veces más de lo que pagaría el marqués de Gélves. Gracias a la pareja Sosa llegó a conocerse el pasado de la muchacha.

    Nace la princesa

    La «chinita» se llamaba Mirra y había nacido princesa en las remotas tierras del Gran Mogol o Mogor, o sea la India. Así que aunque todos le decían «china» cariñosamente, porque así se usaba entonces decirle a la servidumbre femenina y joven, Mirra no era china sino indostana o india. En su tierra natal, cuando Mirra tenía diez años de edad, sus padres tuvieron que abandonar su ciudad y se fueron a vivir a un puerto cerca de los portugueses. Un día arribaron los piratas y la niña fue raptada y despojada de sus ricos vestidos y joyas y encerrada en una bodega. Así, de princesa pasó a ser esclava.

    Rapto y viaje

    Al llegar a Cochín, un estado al sur de la India, evangelizado por Francisco Javier, Mirra logró escapar y refugiarse en un misión de padres jesuitas que la cristianizaron y bautizaron con el nombre de Catarina de San Juan. Años más tarde, regresaron los piratas al subcontinente indostánico y, al reconocerla, volvieron a capturarla y la vendieron en Manila como esclava donde la entregaron al mercader que la llevó a la Nueva España.

    Mirra en Puebla

    El matrimonio poblano no tenía hijos y compraron a la chinita para adoptarla como hija, aunque siguió siendo esclava. Así, quedó en casa de los Sosa entre ahijada y sierva. Mirra (o Catarina) era bellísima, aprendió con sus padres adoptivos a hablar el español, a cocinar y a hacer primorosas labores de aguja, pero se negó a aprender a leer y a escribir. Catarina se hizo muy popular por su belleza y manera muy peculiar de vestir, a la usanza hindú. Cuando salía a la calle siempre llevaba un manto que le cubría la cabeza y parte de la cara y doblándolo de mil formas distintas, como el sari de las mujeres en la India. Desde esta época, Catarina gozó de la piadosa estimación de buena parte de la sociedad poblana y contó con el apoyo de la prestigiada Compañía de Jesús así como con la de otros clérigos.

    Las visiones de Catarina

    Don Miguel Sosa murió en diciembre de 1624 y en su testamento dio la libertad a Catarina quien se quedó, propiamente, en la calle. La recogió el clérigo Pedro Suárez y vivió en la pobreza haciendo vida ascética y siempre vestida con su indumentaria de saya, manto y toca. Desde ese momento, comenzó a revelarse una nueva faceta de la «china» Catarina, empezó a tener visiones místicas. Decía que jugaba al escondite con el niño Jesús, que veía a ángeles y a la Vírgen, que una escultura de Jesús Nazareno le hablaba largamente y que los demonios la acosaban. Si al principio la consideraban loca, con el tiempo fue respetada y hasta llegó a ser venerada. Cientos, miles de personas veían en Catarina a una profetisa y entre esos miles se contaban desde el obispo de Puebla hasta los sacristanes de la Compañía de Jesús, pasando por todos los jesuitas de la época.

    Muere en olor a santidad

    Catrina vivió 82 años y murió el 5 de enero de 1688. La muchedumbre que fue a su velorio la besaban y arrancaba pedazos de su mortaja para conservarlos como reliquia. Tal fue la veneración que inspiró Catarina, que desde 1691 el tribunal de la Santa Inquisición tuvo que prohibir la reprducción de sus retratos para que no se le adorara como santa. El sepulcro de Catarina de San Juan se conserva en la sacristía de la iglesia de la Compañía de Jesús en Puebla bajo una lápida de azulejos.

    Cabe señalar, que hoy en día se sigue usando el traje o vestido de china poblana, desgraciadamente la foto que esta en este artículo corresponde mas bien aun disfraz de china poblana y no a un verdadero vestido de china poblana. Esto deriva principalmente del costo del vestido, un verdadero vestido de china poblana tiene un costo estre $2000 y $3500 dolares. Y es comunmente usado en la fiesta del 15 de septiembre en bailes de gala que por lo regular celebra la Federación Mexicana de Charrería o en los diversos lienzos charros con que cuenta México alrededor de todo su territorio.

    Finalmente, una página de internet que tiene una buena compilación de trajes tipícos de charreria, entre ellos el de china poblana, es la de http://www.nacionaldecharros.com

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  3. Arturo Ortega Morán dice:

    Tere:

    Muchas gracias por detallar la historia de Catarina de San Juán, esto enriquece a este artículo.

    Vale la pena aclarar algunas cosas:

    1.- En este artículo no se niega la historicidad de Catarina de San Juan. Y sí, es muy probable, aunque no confirmado, que en algún momento se la haya conocido como «La china poblana», pero esto sucedió en el siglo XVII.

    2.- Lo que se sabe de Catalina, así como lo comentas, es que era una mujer muy mística y no vamos a discutir la veracidad de sus visiones celestiales. El caso es que, su imagen, nada tiene que ver con la coquetería de las chinas mexicanas del siglo XIX, que las hubo en muchos estados del país.

    3.- Es también hasta casi fines del siglo XIX que se empieza a hablar de las chinas poblanas, lo más probable, porque en esta ciudad las chinas permanecieron por más tiempo (aquí es muy útil recurrir a los testimonios de la época para no dejarnos atrapar por las leyendas).

    4.- En resumen: Hay dos razones para no aceptar que Catarina de San Juan es el antecedente de las chinas poblanas:

    a) La distancia de casi 200 años entre la existencia de esta mujer y la aparición de las chinas mexicanas (ojo: no me refiero a las sirvientas; hablámos de las chinas que vestían escotes y bordados de lentejuela).

    b) La imagen que nos ha llegado de Catarina, no puede ser antecedente de la coquetería que es la que caracterizaba a las chinas.

    5.- Por último, creo que no se puede hablar de un «auténtico traje de china poblana». Es más probable que con el tiempo, se haya sofisticado ese traje que en origen, debió manufacturarse con los recursos que tenían a la mano las muchachas pueblerinas.

    Bueno Tere, otra vez gracias por tu opinión y por darme la oportunidad de debatir en este tema tan interesante.

    Saludos

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  4. marcus dice:

    hola estas imajenes estan bien chidas

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  5. tu mama es hombre dice:

    no hay que ser ignorantes, nutriemonos de cultura antes de expresar alguna idea y de dar opiniones de esa magnitud.

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  6. LUIS dice:

    FELICIDADES A TODOS EN AMBOS COMENTARIOS LA CHINA POBLANA QUEDA COMO UN ICONO DE LOS MEXICANOS CON CUALQUIERA DE ESAS VERSIONES A AMBOS LOS FELICITO Y QUE SIGAN ENRIQUECIENDO NUESTRA CULTURA.

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  7. susana dice:

    lke padre
    su comentario

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  8. susana dice:

    es super lossssss kiero

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  9. susana dice:

    lo megor de mi vida es ke este 15 de septiembre calvago en el caballo
    ustedes an montado

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  10. helo dice:

    gracias es de gran ayuda!!!

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  11. Anónimo dice:

    que chido gracias

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  12. Anónimo dice:

    las imagenes estan de pocapero lefalta actitud

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  13. Anónimo dice:

    K padres las chinas poblanas me gusta su vestimenta

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  14. Anónimo dice:

    Me gusto mucho ambos articulos, de hecho en los dos hay similitudes. y en mi mas pesonal opinion me quedo con el primer comentario ya que expresa mas lo que viviamos y vivimos como mexicanos,la alegria y algarabia de sus costumbres representados por un hermosa mujer vestida con un llamativo vestido rico en colores y lentejuelas. ME GUSTO..

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