Hazme la valona

Por Arturo Ortega Morán

 

Hazme la valona, así decimos en el lenguaje coloquial de México cuando queremos pedir algún favor. Al parecer, la locución nació en los primeros años del siglo XX y formó parte del argot de las tropas revolucionarias, que se encargaron de desparramarla por todo el territorio mexicano.

La palabra valona, se introdujo en México a finales del siglo XVIII. En ese tiempo, llegaron a nuestro país los regimientos borbónicos de Flandes, que venían de la Valonia (región al sur de Bélgica y norte de Francia). A los oriundos de este lugar, los llamaban valones. Ellos trajeron a nuestro país, una forma recitativa musical de aspecto andaluz, que tomó carta de naturalización en la región de Tierra Caliente, en el estado de Michoacán. Este género, que recibe el nombre de valona, subsiste y ahora es parte del folclor mexicano. Se caracteriza por su ritmo y por las ingeniosas improvisaciones de los versos que se cantan.

 

 

Pero, ¿cómo es que la valona adquirió el significado de favor?

Desde antiguo, en España se usó el término valedor; que según el Diccionario de 1726, significa: «El que favorece, ampara u defiende».

En México, a la acción de un valedor se le llamó valedura con el sentido de “Ayuda, protección, servicio, favor”. De ahí, en el siglo XIX, nació la expresión “Hacer la valedura” con el sentido de “hacer el favor”.
En 1916, Mariano Azuela escribió Los de abajo y en una parte se lee:
 “—Mire, de que me cuadra una mujer, soy tan boca de palo, que si ella no comienza…, yo no me animo a nada —y suspiró—.
Ahí está Camila, la del ranchito… La muchacha es fea; pero si viera cómo me llena el ojo.
—El día que usted quiera, nos la vamos a traer, mi general. Demetrio guiñó los ojos con malicia—.
Le juro que se la hago buena, mi general… —¿De veras, curro?… Mire, si me hace esa valedura, pa usté es el reló con todo y leopoldina de oro, ya que le cuadra tanto”.
En este texto, se aprecia claramente que valedura se aplica con el sentido de favor, tal como ahora usamos valona.

 Un mecanismo típico en el lenguaje popular, es cambiar algunas palabras por otras que tengan cierto parecido fonético. Por ejemplo: Hay veces que:

 Para decir “nada” se dice “naranjas”;

 Para decir “ya estuvo” hay quien dice “ya estufas”;

 Para decir “a la mala” se oye decir “a la malagueña”.

 Así, con esta deformación del lenguaje, debió pasar que para decir “hazme la valedura” alguien prefirió decir… “hazme la valona”. 

Curiosamente, hacer la valedura, que era la expresión original, prácticamente ha desaparecido; mientras que, hacer la valona, la expresión deformada, sigue brotando en las conversaciones coloquiales, en gran parte de nuestro país.


2 comentarios on “Hazme la valona”

  1. Ma. del Rosario Loyola dice:

    ¡Qué privilegio! leerte, Arturo. Pues ahora estoy sabiendo el origen y la evolución de vocablos que, si bien, los he usado y escuchado durante mi ya no corta vida, ni idea tenía de cómo habrían surgido.

    Gracias por tan maravillosas aportciones.

    Rosario Loyola,
    Guadalajra, Jal.

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  2. Anónimo dice:

    Igual te agredezco compartir este origen de lenguaje coloquial, al fin nolo usamos, pero necesitamos comprenderlo y estar al tiro en todos los sentidos.

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