Voces purépechas

Por Arturo Ortega Morán

Lago de Pátzcuaro

No se puede negar que, de las lenguas prehispánicas, la que mayor huella dejó en el español mexicano fue el náhuatl. No obstante, de la lengua de Michoacán, purépecha diríamos hoy, también guardamos palabras que han pasado a ser parte de nuestro léxico. Hoy presentaremos un par de ellas:

TACUCHE

Cuando nos invitan a una reunión formal, decimos que hay que ir de tacuche.  Es una forma jocosa para decir que hay que ir de traje, porque  en su origen, es una voz purépecha que significa “envoltorio de trapos”.

 

CÁCARO

A principios del siglo XX, en plena época porfirista, era D. José Castañeda un emprendedor que abrió en Guadalajara un cine al que llamó “Salón Azul”. Él se encargaba de acompañar con sonidos y diálogos esas imágenes que  el público veía con incredulidad y con asombro. Rafael González era su asistente, un muchacho que, como muchos de su época, había sido víctima de la viruela y llevaba en su cara las huellas de esa desgracia. Por lo mismo, llevaba el mote de Cácaro, otro modo de decir cacarizo. Era su tarea la proyección de la película, que hacía con un proyector de manivela y con el frecuente inconveniente de que se rompía o se quemaba la cinta. Entonces, tenía que darse prisa en arreglar el mal para calmar a ese público que, impaciente, a coro gritaba: ¡Cácaro! ¡Cácaro! Nombre que habría de perpetuarse para nombrar a  todos los proyeccionistas del cine mexicano.

De cacarizo, suele decirse que tiene origen gallego, pero la única prueba que se da es que en Galicia se conoce la palabra, como si las palabras sólo pudieran viajar en una dirección. Mejor soporte tiene nuestra propuesta de que esta voz tiene origen tarasco. En el vocabulario purépecha recogido por Fray Maturino de Gilberti, en 1542; encontramos que Cacarani significaba “llaga reventada”. Además, en versiones antiguas del diccionario de la RAE, cácaro y cacarizo se reportaban como mexicanismos.

Esta es una pequeña muestra de las palabras que nos quedaron de ese pueblo que, cuando les preguntaron cómo se llamaban,  contestaron:  “purépechas”; Y es que esta palabra en su lengua significaba “personas”.