Palabras de caballeros

Por Arturo Ortega Morán

espaldarazoAsí como hoy muchos jóvenes sueñan convertirse en futbolistas, en la Europa medieval el sueño era convertirse en caballero. No cualquiera podía serlo, sólo los jóvenes de la nobleza eran aspirantes. Desde muy temprano se preparaban en el manejo de las armas y se soñaban como héroes defensores de causas justas. Además, era muy motivante saber que contarían con la admiración y favores de las más bellas damas que a su vez se creían aquello de que: sin caballero no hay dama.

Aunque ha pasado mucho tiempo, nuestro lenguaje conserva huellas de esa romántica época. Para empezar, la permanencia de la misma palabra caballero, que fue el nombre que se les dio porque su transporte y compañero de gestas era un flamante caballo. Hoy llamamos caballeros a los hombres que se suponen formales y educados. También, cuando nos disponemos a realizar ciertos actos, no tan heroicos y no tan nobles, ya sin caballo corremos por nuestra vida a buscar el baño de caballeros.

En la noche previa al día en que un joven iba a ser armado caballero, se vestía de blanco y pasaba la noche en vela, precisamente velando las armas : espada, lanza, escudo, armadura y demás cachivaches que conformarían su ajuar. De este momento, quedaron las frases “velar las armas” que hoy significa “prepararse para enfrentar una tarea o situación difícil”; y también “pasar la noche en blanco”, o sea sin dormir, como los caballeros que cubiertos con albas vestiduras, no pegaban los ojos en toda esa noche tan importante para ellos. En su magna obra, Cervantes narra la graciosa forma en que Don Quijote fue “armado” caballero, este es un fragmento:

y esta noche en la capilla deste vuestro castillo velaré las armas, y mañana, como tengo dicho, se cumplirá lo que tanto deseo, para poder como se debe ir por todas las cuatro partes del mundo  buscando las aventuras, en pro de los menesterosos, como está a cargo de la caballería y de los caballeros andantes, como yo soy, cuyo deseo a semejantes fazañas es inclinado.

Un momento culminante en la ceremonia en la que se armaba al caballero, era cuando el gran señor o señora, tomaba la espada y le daba un golpe en la espalda, por supuesto que suavecito y no por el lado del filo, si no ¡imagínense! El caso es que a este acto lo llamaban “dar el espaldarazo”; frase que todavía usamos cuando alguien recibe apoyo público de un superior.

Otra huella de esta época, es la expresión “armas blancas”, con las que nos referimos a cuchillos, espadas y toda esa familia de objetos punzocortantes. Normalmente, para evitar accidentes, las filosas armas eran guardadas en fundas o se les colocaba alguna protección en la punta, en esta presentación se las llamaba “armas negras”, porque en contraste, cuando se iba a entrar en batalla, se retiraban las protecciones y las armas dejaban ver su brillo (blancura) y por eso entonces eran llamadas “armas blancas”.

Entre las cosas que tenía que enfrentar un caballero, era batirse en duelo contra otros de su especie; no pocas veces, algunos caían gravemente heridos y era costumbre que cuando se veían a punto de estirar la pata, con humildad besaban la tierra como un último acto de gallardía. De ahí quedo la amenazante frase: “te voy a hacer morder el polvo”.

El ángulo oscuro de estas historias caballerescas, se daba cuando a estos personajes les entraba la inquietud y en prolongada ausencia, se iban en busca de acción, ya sea a las cruzadas o a cualquier otro lado que prometiera aventuras. Dejaban entonces a las pobres damas en soledad (al menos eso pensaban ellos)  y soportando el peso del odiado cinturón de castidad; pero como no hay bien que por mal no venga, era ocasión para que en los reinos floreciera el oficio de cerrajero. Nació así otro eterno dicho: “Nadie sabe para quien trabaja”.


9 comentarios on “Palabras de caballeros”

  1. Florencia dice:

    Muy interesante, como siempre.

    ¡Saludos!

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  2. susana dice:

    Leyendo este post, Imagino esta escena: un grupo de nobles jóvenes gallardos,orgullosos de si mismos, rebosantes de felicidad y admirados por bellas damas.
    El culmen de sus vidas!
    Con respecto a nuestra época sigo creyendo que en la vida hay hombres muy caballeros su formalidad y educación es atrapante.
    Qué famoso e inolvidable caballero de la corte del rey Arturo fue: Lancelot que cae hechizado ante la reina.
    Dejando de lado las leyendas, menciono a Winston Churchill nombrado caballero por la reina Isabel II.
    Agradecida Arturo por toda la semblanza de los caballeros que has presentado, refrescate mi memoria. Excelente el párrado del Quijote.

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  3. norma naela dice:

    Solo puedo decir gracias ,ademas de la informacion , la reseña es deliciosa
    NN

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  4. Francisco dice:

    Hola Arturo,

    me encanta tu blog. Por cierto, recuerda que los caballeros «arrojaban el guante» cuando querían desafiar a alguien.

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  5. Lucy dice:

    Nobles jóvenes gallardos,orgullosos de si mismos, rebosantes de felicidad y admirados por bellas damas.

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  6. cheston dice:

    muy bueno muy atractivo e interesante… 5 stars

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  7. Angela Lopez dice:

    Me gusta la idea de que un caballero era un hombre que protéjia a su gente y esa palabra y ese valor se convirtieron en lo que en este tiempo nosotros sabemos que es un caballero.

    Este grupo de caballeros nunca cambiara, siempre seran los que protégen.

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