El cacharpo

Por Arturo Ortega Morán

 

  

Si usted ha abordado un camión de pasajeros en el D.F., muy probablemante se habrá topado con un personaje típico de esta ciudad. Lo habrá visto bajar del camión y a todo pulmón gritar cosas como ésta:

 

«¡Súbale, súbale, va vacío, trae lugares, pásele pa’ atrás… esos que iban a bajar en el periférico, ya nos pasamos…!»

 

A estos asistentes de los choferes capitalinos, los llaman cacharpos o para variarle, también pueden ser nombrados como chiflamuertos.

 

Curioso nombre el de estos cacharpos, que se vuelve especial cuando al jalar el hilo del pasado, encontramos una historia interesante que dio origen a la palabra.

 

Todo empieza en sudamérica, en donde los quechuas o incas como también los conocemos, tenían por costumbre despedir a los caminantes que emprendían un viaje. Para esto hacían toda una ceremonia a la que llamaban cacharpayani,  y el caminante sólo llevaba con él las cosas más indispensables a las que llamaban cacharpas, así como decir cachibaches.

 

Debió ser que las cacharpas generalmente eran cosas de poca valía, porque la palabra extendió su significado para referirse a cualquier cosa poco apreciada.

 

Como muchas otras palabras quechuas, cacharpa viajó a tierras mexicanas en donde, para nombrar a las monedas de baja denominación, se adoptó la voz cacharpitas.

 

Siendo esta palabra propia del argot de los choferes, y por sus tintes despectivos, quedó que ni mandada a hacer para nombrar a los ayudantes que en cada parada invitan a subir a los potenciales pasajeros, naciendo así el mote de cacharpo para este oficio.


2 comentarios on “El cacharpo”

  1. Yo que siempre creí que cacharpa era un regionalismo sinaloense para definir a las monedas!!

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  2. Arely Galicia dice:

    Disculpa ¿cuáles son tus fuentes o en qué te basas para dar esta información?

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