Cielito lindo, ¿origen andaluz?

Por Arturo Ortega Morán

Derechos Reservados © Arturo Ortega Morán

Tulyehualco es hoy un barrio de Xochimilco, una de las delegaciones de la gran capital mexicana. En ese lugar, allá por el año 1862, nació Quirino Mendoza y Cortés. De él se dice que es autor de Cielito lindo, canción que los mexicanos hemos convertido en nuestro segundo himno nacional.

Cuentan las crónicas tulyehualcanas, que Quirino Mendoza compuso Cielito Lindo en el año 1882; y si las cosas son como se cuentan, por ser fuente de inspiración, habría que dar crédito a ese lunar  que junto a la boca tenía Catalina Martínez, dama que después fue la esposa del compositor. No obstante, es de anotar que el registro de la canción ante la Sociedad de Autores y Compositores, se hizo muchos años después, ya bien entrado el siglo XX.

El caso es que, no en pocas ocasiones, se ha puesto en duda la autoría de D. Quirino, diciendo algunos que la canción es cubana, otros insistiendo en que es argentina y muchos defendiendo que su origen es español.

Bueno, si queremos dejar que la verdad se asome; disipemos esa niebla que provoca el vano nacionalismo y dejemos que la frialdad de las evidencias históricas ponga las cosas en su lugar.

¿QUÉ OCULTA ESA SIERRA MORENA?

Empecemos analizando esta primera estrofa:

De la Sierra Morena, Cielito lindo vienen bajando

Un par de ojitos negros, Cielito Lindo de contrabando

La Sierra Morena que se menciona, sin duda se refiere a la que se dibuja en el sur de España y que es parte del paisaje andaluz. Abundan crónicas antiguas que cuentan que esa sierra era refugio de ladrones, que furtivamente bajaban y asaltaban a los caminantes. Por ejemplo, de 1617, hay un texto anónimo titulado: «Relación verdadera de las crueldades y robos que hacían en Sierra Morena unos gitanos salteadores». En una parte se lee:

«Sabiendo las crueldades que en toda Sierra Morena hazía aquella canalla alborotando la tierra. Viendo, que los caminantes se encojen, y se amedrentan y que se escapan muy pocos con vidas y con haziendas…».

De esta circunstancia, el romanticismo andaluz hizo metáfora y nacieron estas coplas cantadas desde muy antiguo en los pueblos españoles, y que fueron recogidas por Francisco Rodríguez Marín, publicándolas en su obra Cantos populares españoles, 1882; irónicamente, el año en que se supone que Quirino escribía Cielito lindo:

Todos los aragoneses han salido de Aragón

En busca de unos ladrones, morena, tus ojos son.

A tu cara le llaman Sierra Morena,

y a tus ojos, ladrones que andan por ella.

Tus ojos son ladrones que roban y hurtan;

tus pestañas, el monte donde se ocultan.

Tienes unos ojos negros retrecheros y ladrones

Que salen a los caminos a robar corazones.

Por la Sierra Morena vienen bajando

Unos ojiyos negros de contrabando.

¡Vaya! Todavía más, en 1702, Fernando de Castro escribió  El pésame de Medrano. Ahí me encontré estos versos que también son un claro antecedente.

Por el Andalucía
vienen bajando,
unos ojuelos negros
de contrabando.

Así, de estos antiguos cantares andaluces, nacerían los versos que hablan de unos ojitos negros que, de contrabando, bajan por la Sierra Morena para robarse el corazón de algún indefenso enamorado.

En Las canciones del pueblo español. De Juan de Aguila (Unión musical española),Pàg. 29; se muestra este cantar popular con todo el sabor de las coplas andaluces, ojitos negros incluidos y sin faltar el olé característico.

Por la Sierra Morena viene bajando.
Viene bajando unos ojitos negros ¡olé!,
Dolores, unos ojitos negros de contrabando.

Bajando vienen unos ojitos negros ¡olé!
Dolores, unos ojitos negros que a mí me quieren.

Y eso lo dijo uno que estaba arando ¡olé!
Dolores, uno que estaba arando en un cortijo.

En la época colonial, miles de andaluces brincaron el charco y llevaron con ellos sus cantos, y el de los ojitos negros ladrones de corazones, no podía faltar. Esto explica por qué en el folclor de Argentina, encontramos un canto popular llamado «¡Ay que se va!»:

De las sierras morenas vienen bajando,

zamba, zamba, ¡ay…, que se va!

Unos ojitos negros de contrabando,

zamba, zamba, ¡ay.. ., que se va!

¡Ay que se va! Que se va, que se va, que se va….

Unos ojitos negros de contrabando, zamba, zamba, ¡ay… que se va!».

Las evidencias son contundentes. Sólo podemos concluir que esa primera estrofa de Cielito lindo es una clara variante de  antiguas coplas andaluces.

CANTA Y NO LLORES…

¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, ¡canta y no llores!

Porque cantando se alegran,

cielito lindo, los corazones.

Estos versos que forman el coro de Cielito Lindo, nos llevan a El libro de los cantares, que se publicó en 1860, y cuyo autor fue Antonio de Trueba. En esa obra se recogen estos versos, mostrando dos variantes:

Canta y serás bendito de cielo y tierra,

canta y serás salvado de la tristeza.

Canta y no llores,

que cantando se alegran los corazones

Y también:

Canta mi vida canta

Canta  y no llores,

que cantando se alegran los corazones

Esta copla también es mencionada por Francisco Rodríguez Marín en Cantos populares españoles (1882); y en una parte él escribe:

La música fue siempre grande remedio para alegrar los sanos y los enfermos. Vamos cantando, Para aliviar enfermos y alegrar sanos: “Canta, mi vida, canta: Canta y no llores; quecantando se alegran Los corazones.

Así, nos enteramos de que el “canta y no llores, que cantando se alegran los corazones” no salió de la inventiva de D. Quirino. Una copla más de la tradición popular que se integró a este canto.

¿Y EL LUNAR?

Ese lunar que tienes, cielito lindo junto a la boca

No se lo des a nadie cielito lindo que a mí me toca.

No necesité buscar mucho, en Cancionero popular; coleccion escogida de seguidillas y coplas, Vol I. de Emilio La Fuente y Alcántara, publicado en 1865; quitándole el cielito lindo, viene citado tal cual:

Ese lunar que tienes  junto a la boca,

No se lo des a nadie que a mí me toca.

La copla aparece en el folclor de algunos pueblos españoles y también en el de diferentes países americanos. Punto menos para D. Quirino.

¿QUÉ HAY DEL PÁJARO QUE ABANDONA SU NIDO?

Pájaro que abandona, cielito lindo, Su primer nido,

Si lo encuentra ocupado, cielito lindo, Bien merecido.

Aquí voy a recurrir a la publicación francesa: Chants populaires espagnols, Achille Fouquier, 1882. En un fragmento se lee:

Pájaro que á deshora dejas tu nido, si le hallas ocupado, bien merecido. Oiseau qui de nuit quittes ton nid, si tu le trouves occupé, Tu l’as bien mérité.

En esta obra, el autor recoge cantos del folclor español y los traduce al francés. Curioso que también se haya publicado en 1882, año de la presunta creación de Cielito Lindo. Así las cosas, nos encontramos con que el nido de este pájaro… estaba muy lejos de tierras mexicanas.

CIELITO LINDO

Esta frase que da nombre a la canción, también la encontramos en algunas coplas antiguas. Una referencia la encontramos en las memorias de Mariano Abril, un periodista portorriqueño del siglo XIX que vivió exiliado en España. Narrando sus amoríos con una campesina boricua, escribió este fragmento en 1890 en El Heraldo de Madrid; aunque sus recuerdos son vivencias que él tuvo por el año 1876:

Se puso en pie, recogió su cántaro y se alejó por las calles de palmas y madreselvas, cantando la siguiente copla muy popular entre las campesinas puertorriqueñas:

Tienes unos ojitos, cielito lindo y unas pestañas,

Y una boca embustera cielito lindo con que me engañas.

En estas coplas que se cantaron muy lejos en espacio y tiempo de los dominios de Quirino Mendoza, ya aparece el cielito lindo como un elemento de estos cantares populares y sin irnos tan lejos, en tierras veracruzanas  se canta El butaquito, un son con todo el sabor jarocho y en donde las coplas de origen andaluz encontraron buen resguardo. Ahí aparece el cielito lindo, la Sierra Morena, el lunar junto a la boca y muchos otros elementos que se repiten en el Cielito lindo.

Si alguien está pensando que este son bien pudo ser un variante de la canción de Quirino Mendoza hay que abandonar esa idea, ya que de la existencia de El butaquito hay referencias desde mediados del siglo XIX. Vale la pena darse un tiempo para escuchar la canción y poner atención a la letra:

¿Y LA MÚSICA?

Mal parado ha quedado D. Quirino ahora que hemos demostrado que prácticamente todos los elementos de la letra de Cielito Lindo tienen antecedentes en cantos populares de origen andaluz. No obstante, poco podemos decir de la música por la poca documentación que hay en este aspecto.

La música de El butaquito y la de la canción española que hemos mostrado, es muy diferente a la del Cielito lindo atribuído a Quirino Mendoza. Así que hasta ahora no tenemos razón para pensar que no es de él.

Sólo hay un detalle inquietante pero no contundente: En 1921, Carlos Gardel grabó en Argentina una canción llamada Cielito mío, la que se dice basada en cantos populares y esta sí, con una música muy parecida a nuestro Cielito lindo. Pero para que te cuento más, mejor escúchala:

La similitud de la música no puede ser casual, y aquí no hay más que de dos sopas: O los argentinos se “inspiraron” en la canción mexicana o ambas canciones proceden de una raíz común que se mantuvo en ambos países. Lamento en esta ocasión, no poder deshacer este entuerto. Si alguien lo puede hacer, bienvenida la aportación.

CONCLUSIÓN:

De la canción Cielito lindo, atribuida a Quirino Mendoza y Cortés; podemos decir con certeza que la letra no es original de este autor, la frialdad de las evidencias demuestra que procede de antiguas coplas andaluces que se esparcieron por distintos lugares de España y de América.

En lo referente a la música, no tengo ahora razones para quitar este mérito a D. Quirino. Ya el tiempo lo dirá… pero por ahora quiero pensar que sí es de él y que esto dio origen a una canción en la que coplas españolas se envolvieron en una música mexicana. Muy acorde a nuestro origen ¿no te parece?