Hoy es día de “suerte”.

Por Arturo Ortega Morán

Escribo estas líneas en un martes 13, día que para muchos es de mala suerte por ser un día que evoca a dos ancestrales miedos: A Marte dios de la guerra y de los conflictos; y al número trece (triscaidecafobia) ese número incómodo que rompe la armonía del doce, guarismo de gran significado en el orden universal percibido por los antiguos.

Es increíble la larga vida que pueden tener las supersticiones. Pero bueno, aprovechemos la ocasión y sacudamos el polvo a la palabra suerte… con suerte y encontramos algo interesante.

A esas cuentas, perlas u objetos perforados que se ensartan en un cordón a manera de collar, en latín las llamaban sors palabra derivada del verbo serere que significaba  ensartar. De este verbo también surgió la voz serie que era un conjunto de cosas ensartadas y, del participio sertus, derivó la palabra sarta que hoy usamos en frases como sarta de disparates y que es más o menos lo mismo que “serie”. Desde luego, de allí nació el verbo “ensartar” que en su origen es meter en la sarta.

Estas cuentitas ensartables o sors, fueron usadas por los romanos como instrumentos en sus artes adivinatorias. El sortitor era quien por tener “el don”, estaba autorizado a lanzarlas sobre una superficie y de la forma como caían, él tenía que interpretar el mensaje que bien podía ser una predicción o una recomendación. A estos actos los llamaban sortitio.

Estas costumbres latinas, dejaron en el castellano expresiones y palabras como sortija, que eran las cuentas ensartadas “sors” y que luego se convirtió en sinónimo de anillo; echar a la suerte, como un recuerdo de que había algo que se echaba;  sortilegio que es la adivinación mediante artes mágicas, sorteo (acto de echar a la suerte) y desde luego… la misma palabra suerte.

Por sí misma, la suerte no es buena ni mala, simplemente es lo impredecible y un mismo hecho, para algunos puede ser favorable mientras que para otros, un desastre. Lo cierto es que en nuestras luchas de cada día, hay que poner nuestro mejor esfuerzo y quizá después, como Julio Cesar, exclamar: ¡La suerte está echada! Luego… sólo esperar a que nos favorezcan los hados del destino.


6 comentarios on “Hoy es día de “suerte”.”

  1. Jorge Gustavo Cantero Sandoval dice:

    Arturo:
    En latín sería: «alea jacta est», aforismo acuñado por J.César. Intuyo que «alea» podría ser una variante de «sorte(m)» que sería la palabra latina que derivó en «suerte». Lo digo por la tendencia evolutiva al diptongo, cuando la «o» es tónica; igual que forte(m), focu, rota, etc.,> fuerte, fuego y rueda.
    Atte.
    J.Gus.C.

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    • Arturo Ortega Morán dice:

      Tienes razón Gustavo, muy oportuno tu comentario de la forma latina de la frase; y da pie para observar que de «alea» debió derivarse «aleatorio» palabra que todavía usamos.

      Un abrazo y gracias por tus comentarios enriquecedores

      AOM

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  2. Arq. Jehú dice:

    Gustavo:

    Lo que yo realmente entiendo, no es que la palabra en latín «alea» significara -transliterando -suerte. O que Julio Cesar la tomara como variante de «sorte» como intuyes.

    Aunque la palabra en latín para «dado» -sí, los dados utilizados para echar las suertes -sería «datum» sí es un hecho que en Roma a tales dados se les llamaba con la palabra «alea».

    Sería, entonces, correcto transliterar: «el dado fue echado» y claro, interpretando la expresión, la traducción sería «la suerte fue echada» o «la suerte está echada».

    Me justifico: lo mas probable es que Julio Cesar mismo tradujera una frase de Menandro que en griego sería: «los dados están echados».

    Espero no lo tomes a mal o como un reto… no es el fin. En realidad no soy un experto en latín, pero siempre he pensado que conocer el origen de las palabras nos da una idea mas amplia y al mismo tiempo puntual de lo que decimos. Y entonces, pues me gusta investigar un poco al respecto.

    Felicidades AOM. Buenas cápsulas.

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    • Jorge Gustavo Cantero Sandoval dice:

      Arq. JEHÚ:

      Agradezco tus precisiones. Tus comentarios son correctos, así como los de Arturo. No percibo en aquéllos ninguna intención aviesa. Estas interacciones, por supuesto, las tomo como aprendizajes y tú como Arturo, al contrario, me han enseñado algo más. Tienes razón en cuanto que «alea» se aplica a los juegos de azar y quienes se apasionan por ésos, se abandonan a la suerte («aleam sequi»).

      Todo sea por las admirables etimologías, aunque a veces sean tortuosas.

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  3. Arq. Jehú dice:

    Te agregué un comentario en: ¡Salud!

    Un tanto a destiempo… pero me gustó la cápsula y recordé algo de información.

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